San Isidro cansado está de estos madrileños
ellos muy finolis no creyéndose unos leños
pero si algo lechuguinos.
No desea que solo le visiten su pradera
para hartarse de tortilla
vino cerveza y morcilla
Así que en la plaza Mayor ha hecho
crecer un terreno lleno de verde
para que aprendan de una vez a plantar pepinos
y cebollinos.
Y sepan lo que el agricultor a la naturaleza el pobre tiene que aguantar, para que ellos y ellas
en el mercado puedan presumir y en la
casa a su amor querer agasajar.
De paso me satisface presentaros mi esbelta
sombra en esta hermosa Plaza Mayor, sombra
que no me deja ni un momento porque dice que
Una iniciativa que creo que tuvo muy buena acogida.
ResponderEliminarEl césped, ¿donde lo robaron?,jejeje
Un saludo.
Besos.
ResponderEliminarUn sol muy bonito.
Buen relato y feliz San Isidro.
ResponderEliminarAunque te hagas mayor y la sombra te acompañe, no olvides que para los dos es el mismo camino, juntos hasta el fin.
Un abrazo.
Ambar
¡Ay, esas morcillas, se ven de rechupete!
ResponderEliminarBesos
Hay que pedirle a San Isidro que traiga agua también, la plaza tan verde es digna de ver, pero la tierra sigue pidiendo agua y San Isidro parece estar sordo o no lo quiere entender.
ResponderEliminar¡Pobres agricultores que no van a tener que comer!
Cariños.
kasioles