Y el ascensor
se paró, mirando a la vecina por segundos
no esos segundos que le cuentan a los boxeadores, esos que dicen segundos
fuera.
Nosotros en este caso éramos segundos dentro, dentro
de ese habitáculo llamado el ascensor.
Los dos
sorprendidos, no supimos articular palabra de la sorpresa que nos dio el parón del dichoso ascensor,
observé la reacción de mi vecina como la cara del susto se le descomponía, ya
no irradiaba esa altivez, por momentos le desaparecía, y lo único que se
le veía cada
vez más palidez.
Su sensual
boca se abrió preguntando con voz temblorosa ¿Qué se puede hacer? No
me dejo responder, tan turbada estaba
que ella lo decía todo no tengo ni móvil.
Pensado tenía
lo que debía de hacer, para eso del móvil
nunca me suelo desprender.
Le dije un poco
cortado pues nunca con ella había hablado, sin pensarlo, vecina que poco
nos conocemos, sí, si es verdad, es que
trabajo y llego tarde a casa ¡¡sabe soy Juez!!
¡¡Ah!! Le
pregunté, ¿Es compañera de Garzón? , nooo bueno si como colegas pero nada más.
Por momentos vi
una luz en esa mirada altiva, se volvía
agradable reflejaba cierta
serenidad, se le notaba más tranquila
parecía como si el miedo le hubiese desaparecido.
También su
pregunta con esa cálida voz de la que era poseedora me sorprendió ¿Está casado? ¿Cómo se
llama? Sí, me llamo José y vivo en el 1º, contestándome un día de estos los llamaré para tomar un café y conozcan a mamá también.
Una leve
sonrisa a mis labios afloro, me sentí altamente complacido, mi vecina no era lo
que reflejaba, pensando que tres minutos más importantes en la vida de las
personas, lo que da de sí una avería del ascensor
Joder que raro, no hablasteis del tiempo, pero en la conversación hay un error, si era juez no era compañera de Garzón, este desde que dejo de serlo es abogado, por lo general de causas perdidas, causas que se defienden en las grandes instituciones internacionales.
ResponderEliminarSaludos
Muy buena historia, lo importante no es si era compañera de Garzón, si no que gracias al parón del ascensor dos vecinos se conocieron.Hoy los vecinos poco se conocen y más allá de darnos unos buenos días, no se comparte nada.
ResponderEliminarGracias José
Un abrazo
Eres tan increible amigo que siempre te suceden historias interesantes, siempre escucho historias de los ascensores que se detienen, suerte nunca me a pasado, no les tengo mucha confianza a los ascensores solo los tomo si son muchos los pisos, prefiero las escaleras. Un abrazo amigo no había visto tu actualización
ResponderEliminarAnte circunstancias como la que relatas, uno se da cuenta como somos capaz de prejuzgar equivocadamente, desde el desconocimiento de " ese " desconocido " .
ResponderEliminarAdemas las historias de los ascensores , dan para mucho.. son increíbles !
Cariñossss amigo Jose.
Siempre que voy con una persona desconocida en el ascensor, los minutos que dura el trayecto se me hacen interminables, ni sé lo que decir y el hablar del tiempo me parece que ya está muy pasado.
ResponderEliminar¡No quiero imaginarme si el ascensor se para!
Pero muchas veces ocurre que las personas son completamente distintas a lo que aparentan, nunca las conoceremos hasta que las tratamos.
Cariños y buena semana.
kasioles