El lañaooor sacamuelas y hojalatero todo
lo hago con cariño y mucho salero.
Todos
esperaban ese esperado toque de la trompetilla seguido de una voz a veces un
poco aguardentoso que decía así.
El
lañaooooor, se arreglan lebrillos, tinajas, palanganas.
Nada
más escucharlo las mujeres salían con el clásico barreño que utilizaban para
lavar la ropa ayudadas con una tabla en la cual la restregaban hasta sacarle
los palominos y dejarlas blancas como las cartas.
El lañaooor, en la primera persona que salía
para que le arreglase bien el lebrillo
la tinaja o palangana, en ese sitio ponía su banqueta y sacaba su taller
ambulante.
Otros
más adelantados se hacían llamar y gritaban ya llegó el ¡ojalatero! , se ponen culos nuevos, alguna del lugar
pensó, que un culo nuevo le podían arreglar.
Se hacen jarras pequeñas o grandes Jarras que
servían para medir toda clase de líquidos.
Más
tarde ampliaron sus habilidades y trabajos, haciendo de sacamuelas armado de
sus alicates los dejaba desdentados y sin muelas.
Cuántos oficios perdidos. Besos.
ResponderEliminarHombres que valían para todo.
ResponderEliminarSe los comió el tiempo.
Saludos.
Todos los trabajos son necesarios.
ResponderEliminarUn beso dulce de seda.
El afiladorrrrrr, y que bien sonaban aquella música que salía del chiflo y que contentos nos poníamos cuando nos hacía uno de hojalata.
ResponderEliminarEn serio que sacaba muelas ??? pufff vaya dolor no ???
ResponderEliminarEl afilador, todavia pasa en pueblos pequeños, los he visto no hace tanto por la provincia de toledo.
Un beso José
Isa
Por mi pueblo aún sigue el afilador,jejeje que entañables y que recuerdos. Buen finde te deseo. Abrazos.
ResponderEliminarEse no lo he conocido yo. Un abrazo.
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