En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Si me río de mi sombra como no lo voy hacer de lo que me asombra

4 de octubre de 2010

Espetos en la Playa

 Leo y me hablan de una inusitada sardinada de la cual mil
sensaciones relatáis.
Recordando con gozo, no con lujuria, lo que disfrutasteis y la
harta de sardinas que os pegasteis.

Me hacéis recordar una larga y extensa espetada, creo que en el diccionario dejen "aparecer espetada con la acepción de sardina ensartada" y no lo comparen como miembras, pero no nos vencerán estos caducos anafres, y algún día veremos emerger miembras muy bien espetadas.

Llegamos a la playa en un instante vemos aparecer a un nutrido grupo solo de hombres y ninguna mujer.

Observamos con detenimiento y aún mayor entretenimiento como aunque prohibido ,ellos con sus palitos y cañas, una hermosa lumbre logran encender de la cual una llama viva y colorida empieza a emerger.

Colocando en perfecta formación de eterna sumisión una cantidad de cañitas todas ellas de sardinitas ensartaditas.

Salía un humo y era tal el olor de sardinas asadas que madre mía cuan placer te producía.

Mi hermana y su amiga que nada se les puede oponer y todo tratan de vencer ,ya sea el muro de Berlín, las murallas chinas o correr en San Fermín.
Como dos elegantes palomas en un vuelo rasante delante del grupo se posaron al instante.

Levantaron la vista y en un momento todos estaban erguidos unos grandes mocetones algunos ya sesentones más bien sorprendidos, todos mostraban las agradables señales que te dejan las olas del mar y la brisa salada y aún más yodada.

Que maravilla para los profanos y los no profanos poder contemplar esos grandes mocetones verdaderos lobos de mar.

Atónitos escucharon a mi hermana y su amiga diciéndoles ¿oiga no se las comerán ustedes solos dejándome sin una sardina poder probar?

Las miraron fijamente, señoras no solo una sardina van ustedes a probar, de sardinas se van a hinchar por las orejas se le van a escapar.

Es que tengo familia, que vengan todos pues porque para todos habrá y si no nos vamos ahora mismo a pescar.

Como dice el migo Adolf, mi hermana y su amiga en ningún momento  lo dudaron y con enérgica voz de mando llamo,¡¡¡ a mi La Legión!!!,


y todos prestos como verdaderos legionarios la batalla emprendimos y sin miramientos ni aspavientos las sardinas todas ellas fueron a dentelladas engullidas y terminadas.

17 comentarios:

  1. Me has recordado los espetos de Málaga...

    Un beso, Jose.

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  2. Mi señor espetado y de sardinas saciado. ¿Sabes que a mi me gustan los lomos de sardinas crudos con aceite sal y un pelín de vinagre?...Me voy a confesar, las sardinas me gustan de cualquier forma.

    Besucos enchufaos

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  3. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE
    SALUDOS JOSE

    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

    José
    Ramón...

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  4. Bonito poema.Las sardinas son mi delirio.Guárdame unas poquitas

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  5. Que ricas debían estar.

    Eso es comer a gusto.

    Saludos.

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  6. estan buenismas estas sardinas..te invito a mi ciudad a degustarlas..las hacen como nadie...un abrazo tocayo.

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  7. Ya estoy de vuelta, las vacaciones no pueden durar lamentablemente todo el añp! buuhh

    Con un post asi ya me abriste el apetito, a ver si encuentro algo riquisimo que cocinar!!! @+

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  8. Ainsss, qué hambre!!! Abrazos ;-)

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  9. José1
    É um dos peixes que eu mais gosto é a sardinha,mas nunca as vi espetadas assim, talvez seja uma boa maneira.

    abraço,
    José

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  10. Que bien saben las sardinas asadas en un chiringuito de la playa, es que saben distinta, me encantan, lo malo es el olor que se te queda después en las manos,jaja, pero merece la pena.
    Un beso amigo Jose.

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  11. Y es que tienen que estar riquísimas, y nada, como Fuente Ovejuna, ja,ja. Uno de los placeres de la vida y la generosidad de compartir unas ricas sardinitas. Para que luego se diga, que somos egoístas.
    Un abrazo

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  12. MMMM qué ricas! Me encanta pescar y disfrutar de la cosecha. Muy aoetitoso post. Un abrazo.
    Te invito a visitar mi blog Alas azules, del libro del mismo nombre

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  13. Tienen muy buna pinta, me han recordado a las de San Turce.

    Un saludo, buenas madrugadas

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  14. No me gustan nada las sardinas, el olor que tienen me da mucho asco, es algo que no puedo evitar, debo ser algo rara para las comidas.

    Un beso, amigo.

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  15. A mi me encantan y no engordan : )

    Besos Jose , ya se me antojaron

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