Leo y me hablan de una inusitada sardinada de la cual mil
sensaciones relatáis.
Recordando con gozo, no con lujuria, lo que disfrutasteis y la
harta de sardinas que os pegasteis.
Me hacéis recordar una larga y extensa espetada, creo que en el diccionario dejen "aparecer espetada con la acepción de sardina ensartada" y no lo comparen como miembras, pero no nos vencerán estos caducos anafres, y algún día veremos emerger miembras muy bien espetadas.
Llegamos a la playa en un instante vemos aparecer a un nutrido grupo solo de hombres y ninguna mujer.
Observamos con detenimiento y aún mayor entretenimiento como aunque prohibido ,ellos con sus palitos y cañas, una hermosa lumbre logran encender de la cual una llama viva y colorida empieza a emerger.
Colocando en perfecta formación de eterna sumisión una cantidad de cañitas todas ellas de sardinitas ensartaditas.
Salía un humo y era tal el olor de sardinas asadas que madre mía cuan placer te producía.
Mi hermana y su amiga que nada se les puede oponer y todo tratan de vencer ,ya sea el muro de Berlín, las murallas chinas o correr en San Fermín.
Como dos elegantes palomas en un vuelo rasante delante del grupo se posaron al instante.
Levantaron la vista y en un momento todos estaban erguidos unos grandes mocetones algunos ya sesentones más bien sorprendidos, todos mostraban las agradables señales que te dejan las olas del mar y la brisa salada y aún más yodada.
Que maravilla para los profanos y los no profanos poder contemplar esos grandes mocetones verdaderos lobos de mar.
Atónitos escucharon a mi hermana y su amiga diciéndoles ¿oiga no se las comerán ustedes solos dejándome sin una sardina poder probar?
Las miraron fijamente, señoras no solo una sardina van ustedes a probar, de sardinas se van a hinchar por las orejas se le van a escapar.
Es que tengo familia, que vengan todos pues porque para todos habrá y si no nos vamos ahora mismo a pescar.
Como dice el migo Adolf, mi hermana y su amiga en ningún momento lo dudaron y con enérgica voz de mando llamo,¡¡¡ a mi La Legión!!!,
y todos prestos como verdaderos legionarios la batalla emprendimos y sin miramientos ni aspavientos las sardinas todas ellas fueron a dentelladas engullidas y terminadas.
Me has recordado los espetos de Málaga...
ResponderEliminarUn beso, Jose.
Mi señor espetado y de sardinas saciado. ¿Sabes que a mi me gustan los lomos de sardinas crudos con aceite sal y un pelín de vinagre?...Me voy a confesar, las sardinas me gustan de cualquier forma.
ResponderEliminarBesucos enchufaos
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
SALUDOS JOSE
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
Bonito poema.Las sardinas son mi delirio.Guárdame unas poquitas
ResponderEliminarQue ricas debían estar.
ResponderEliminarEso es comer a gusto.
Saludos.
estan buenismas estas sardinas..te invito a mi ciudad a degustarlas..las hacen como nadie...un abrazo tocayo.
ResponderEliminarYa estoy de vuelta, las vacaciones no pueden durar lamentablemente todo el añp! buuhh
ResponderEliminarCon un post asi ya me abriste el apetito, a ver si encuentro algo riquisimo que cocinar!!! @+
Ainsss, qué hambre!!! Abrazos ;-)
ResponderEliminarJosé1
ResponderEliminarÉ um dos peixes que eu mais gosto é a sardinha,mas nunca as vi espetadas assim, talvez seja uma boa maneira.
abraço,
José
Que bien saben las sardinas asadas en un chiringuito de la playa, es que saben distinta, me encantan, lo malo es el olor que se te queda después en las manos,jaja, pero merece la pena.
ResponderEliminarUn beso amigo Jose.
Y es que tienen que estar riquísimas, y nada, como Fuente Ovejuna, ja,ja. Uno de los placeres de la vida y la generosidad de compartir unas ricas sardinitas. Para que luego se diga, que somos egoístas.
ResponderEliminarUn abrazo
MMMM qué ricas! Me encanta pescar y disfrutar de la cosecha. Muy aoetitoso post. Un abrazo.
ResponderEliminarTe invito a visitar mi blog Alas azules, del libro del mismo nombre
Tienen muy buna pinta, me han recordado a las de San Turce.
ResponderEliminarUn saludo, buenas madrugadas
Felices sueños. Un beso.
ResponderEliminarEstás vascribes. Otro beso.
ResponderEliminarNo me gustan nada las sardinas, el olor que tienen me da mucho asco, es algo que no puedo evitar, debo ser algo rara para las comidas.
ResponderEliminarUn beso, amigo.
A mi me encantan y no engordan : )
ResponderEliminarBesos Jose , ya se me antojaron