Todas las mañanas la veo por el mismo sitio
con un cofre en la mano recogiendo el rocío
ese que generosamente le ofrece la gran
alfombra de la ladera del rio.
Murmuraba con voz lastimera y entrecortada
por haber perdido lo que más quería su amor
Su marido.
Sus lágrimas como perlas por la mejilla le resbalaban
cayendo al cofre y uniéndose en gran armonía con las
gotas de rocío que con suavidad ella recogía.
El rio, con esa vida propia que suele transmitir
a todos los que se acercan a él para disfrutar de esa
suave música que suele ofrecer el agua moldeando
piedras a su paso ,y escuchando el trino acompasado
de los pájaros que el bosque les da un bello alojamiento.
Esa mañana fue especial pues el rio no se veía, la niebla
era tan espesa y lo único que se oía es la música que solía
ofrecer pero nada te dejaba ver hasta el trino de los pájaros pareció enmudecer.
Un rayo apareció partiendo la niebla en dos y apareciendo una
impoluta figura blanca extendiendo su mano a la llorosa mujer que no dudo ni un
momento en coger, y desapareciendo el rayo la impoluta figura y la mujer.
Una fina llovizna de pronto apareció, haciendo que el rio sus
aguas pudieran crecer llevándose todo el rocío y tapando la fina alfombra que
solía ofrecer.
Se le acabó el sufrir.
ResponderEliminarQue le vaya bien donde sea que haya ido.
Saludos.
Seguramente se fue con una Anjana buena.
ResponderEliminarUn abrazo,José.
Cuánta tristeza ! Como dice toro salvaje , se le acabo el sufrir y que le vaya bien donde se haya ido.
ResponderEliminarUn Abrazo, José.
Pues si al llevársela le alivió el sufrimiento...Ok
ResponderEliminarBuen día...
uffff duro tu escrito cmo hermoso fue leerlo...y sentirlo...Un abrazo tocayo...
ResponderEliminarPrecioso tu relato, aunque muy triste quizá ella buscaba encontrarse con el y dejar de buscarlo en las gotas de rocio me recordó la cancion de Silvio
ResponderEliminarUn abrazo
José:
ResponderEliminarYo creo que la guiaron hasta donde estaba él. No odía pedir nada mejor para ella.
Muy bonita y mágica composición poética.
Saludos cordiales.
Muy bonito. Me encantan los ríos... Un beso.
ResponderEliminarSakkarah
Es triste pero lo triste tambien es bonito. Cuidado con el frio que viene deprisita
ResponderEliminarQuerido amigo: Una bonita entrada hoy he leído.
ResponderEliminarMe imagino que era él que venía a rescatarla, está claro que no podían vivir el uno sin el otro.
Yo hubiese hecho lo mismo, asiría su mano y me iría a... no importa dónde, le diría que me sentía feliz por volver a tener su amor y cariño.
Abrazos.
Kasioles
Le deseo paz alli donde esté
ResponderEliminarMe hubiese gustado haber puesto en mis palabras lo que acabo de leer. En los primeros días , también yo recogía mis lagrimas como al rocío. Pero el tiempo hace lo suyo y cae la llovizna.. que ahora resalta su brillo sobre la grama y me permite escuchar el bello trinar de los pájaros.
ResponderEliminarBesito grande, Jose.
Y por fin las dos almas amantes se encontraron y para toda la eternidad unidas estarán y en noches de luna clara entre las nubes se verán las dos almas pasear.
ResponderEliminarMiles de besinos querido y admirado amigo e infinitas gracias por obsequiarnos tan bello y sensible relato.
Feliz inicio de semana te deseo con inmenso cariño.
¿Se habrá encontrado con su amor?
ResponderEliminarPerder a un ser querido no tiene que ser facil.Supongo que de tanto suplicar su marido la vino a buscar. El amor verdadero es eternamente eterno.Un bessito
ResponderEliminarLa lluvia se llevo el sufrimiento de un afligida viuda que con el rayo desapareció.
ResponderEliminarUn abrazo.