El chiringuito ya abrió

                           Ya han abierto el chiringuito de la playa.

Todos acuden como abejas a la miel, no quieren ser los últimos y si los primeros en ver esos dos ángeles que en ellos moran y disfrutar de esas bonitas danzas que no dejan de bailar.

Hasta la abeja Maya del sitio quiere hacer su hábitat, encontrándose con la incomprensión de unos y otros los cuales no las dejan anidar.
Los curiosos sorprendidos están de las paradisiquiatricas Pócimas que no dejan de preparar, ofreciendo néctares de amor ilusiones y alguna que otra desilusión, ya que por muy cachas y vigilantes de la playa que sean a ninguna moza han logrado interesar.

Pues estos primeros días solo quieren las mozuelas descansar y olvidar

y asegurarse que nadie las visitará y prepara esas bonitas armas de seducción fatal para salirse con la suya ante oposición de cualquier chaval

Las más jovencillas y novatas en esto de veranear solas y libres pues los padres en casa los han dejado porque del abuelo, bueno ellas aún dicen ágüelo que está muy malo deben de cuidar, no lo pueden remediar mirando a hurtadillas con risitas de complicidad pensando la fiesta que con esos cachas ella se podrían dar.

El chiringuito cuando más concurrido está por la noche nadie sabe lo que a los bañistas les darán, pero la larga fila de enamorados a la orilla del agua mirando las estrellas y la música que las olas les proporcionan los ves que en otro mundo creen estar.