Tengo un vecino que el hombre no sabe qué hacer por lo que mi hombro de vez en cuando le tengo que ofrecer.
El siempre me habla de las manos blancas con guantes de seda, que hacen más daño que las palabras escritas en la desesperación de Espronceda.
Bofetadas silenciosas esas que no hace falta pronunciar ni gritar y menos ser estruendosas, esas que no nos hace falta utilizar dedos y palmas brillando, por su ausencia las manos largas.
Dejándote sumido en pozo de tristeza y tú corazón un poco abatido al ver esas miradas despectivas y altamente provocativas.
Esas que se dan sin tener que las manos utilizar, esas que con el silencio te sumen siempre en un presentimiento en el que te quedas vacío de sentimiento.
Y te hacen preguntar en que he podido fallar a las personas conocidas en que he podido fallar a mis compañeros y vecinos, para aparecer ante los ojos de ellos como alma en pena pero sin cárcel ni condena.
Esas que en el silencio de la noche te encuentras solo y no sabes dónde mirar, por lo que se quitan las ganas de a nadie saludar y vivir en esa penumbra que te da la soledad.
Muchas son las bofetadas que se reciben las que no son de palma pero si se disfrazan de otras maneras.
ResponderEliminarEs triste, si, muy triste.
Un beso José.
Hace tiempo que descubrí eso.
ResponderEliminarEn la penumbra no se está tan mal.
Saludos.
Esas bofetadas duelen, y mucho.
ResponderEliminarUn saludo, amigo.
Sigo comentando como ánonimo.
El tejón.
mucha razón en tu escrito
ResponderEliminarHola chiquitín, que a tí no te pegue nadie, ni real ni virtualmente o se las verá conmigo. Pregúntale a María, no soy yo nadie defendiendo.
ResponderEliminarYo tengo un remedio contra bofetadas con o si mano. ¡Agacharse a tiempo! Bueno ya sé que es muy fácil decirlo, pero es que todo tiene un entrenamiento.
Besos corazón
Solo le pido a Dios.. que esos monstruos no se amparen detras de la inocencia..pues son golpes silenciosos que dejan huellas invisibles y al corazon lleno de heridas y tristeza.
ResponderEliminarBesito Amigo Jose.
bellas, profundas y veraces letras nos regala hoy tu dulce y sensible alma, esta asturiana amiga y admiradora te da infinitas gracias por hacernos participes de ellas y te manda un besin muy muy grande.
ResponderEliminarLas bofetadas se pueden dar de tantas maneras...
ResponderEliminarCon una mirada
Con una sonrisa irónica
Con un desplante
Con una palabra
Con un suspiro
Quizás estas no duelan físicamente, pero duelen en el corazón que es peor.
Genial post :)
Un besín :)
Esas bofetadas silenciosas son las que más duelen porque no te puedes defender. Cuando las recibes ya es demasiado tarde. No dudes de ofrecerle el hombro a tu vecino, un hombro puede consolar mucho. Un bessito cielo
ResponderEliminarHola, hablando de bofetadas, la vida nos las da cada día, si encima hay manos de seda que también quieren repartir… con la iglesia hemos topado amigo Sancho.
ResponderEliminarNo dejes que nadie te haga daño de ninguna manera, somos únicos y como las obras de arte tenemos que cuidarnos. Un saludo.
Por eso mi estimado amigo Jose tenemos dos mejillas para que no nos den siempre las bofetadas en el mismo lado de la cara.
ResponderEliminarSuerte que estas son bofetadas con manos y guantes de seda y al menos son bofetadas suaves jaja peor son las bofetadas que se dan con manos rudas jeje.
Un abrazo fraternal de MA y mil gracias mil por tu huella amiga.
Aunque no sea consuelo, si nos dan por un lado le ponemos el otro, a diario se las lleva uno sin saber por que, y eso sin ser mala gente, gratis... Hay que ver que cosas nos pasan.
ResponderEliminarun abrazo de amigosdesabores.blogspot.com
A veces una bofetada física duele menos que una que se da con la intención de dañarte en lo más profundo de tu ser interior, y de esas se dan muchas, espero que a ti solo te den abrazos de seda amigo Jose.
ResponderEliminarAquí queda el mio.
A veces la bofetada que mas duele es la que recibes de la persona que menos te esperabas y sin llegar a ser fisica.No dejes que te hagan daño , aunque sean bofetadas en guantes de seda...
ResponderEliminarMe alegro de verte de nuevo.
Besitos.
Hoy, en tus juegos de palabras nos redimís una gran verdad.
ResponderEliminarNadie se acostumbra a los bofetadas, nadie las soporta tampoco, pero pocas veces se devuelven.
¿Cuántas se merecen? ¿Cuánta se devuelven?
Para no entrar en este dilema, resolvemos seguir adelante y ahí es cuando nos cuesta dormir.
Pero que vá si mi amigo José no se deja tocar un pelo, se ha plantado en pleno centro de Mar del Plata porque lo llamaban gallego y casi tira el casino abajo.
Hay muchas maneras de afotear a alguien causando dolor y daño, hay que alejarse de quienes las dan. Mejor estar solo que mal acompañado. Muy bello texto, real, duro y cotidiano. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, bueno José, hoy vamos de tortas jaja!!
ResponderEliminarBueno, la vida te da bueno y malo, en lo malo...recuerda lo bueno y uno lo pasa mejor, pero conviene elegir bien a los amigos para que no te den bofetadas con sus malas respuestas.
Te dejo mi ternura
Sor.Cecilia
Un abrazo
ResponderEliminarPero...¡¡será posible JOSE!! ¿¿quien te mira mal a ti, xD??
ResponderEliminarEso es que son estrávicos, cejijuntos o cuellicortos jajaja...han abusado del vinagre en la ensalada y además, se les ha clavado por la noche un muelle del colchón...¡¡¡no hay más explicación!!! ¿has visto? si me ha salido un pareado jajaja...
Bueno, ahora dejo de hacer el ganso y sí, desgraciadamente hay mucho tonto por el mundo...pero tú solo ¡¡en jamás de los jamases!! según te cruzas a uno de esos, correr... subes las escaleras de cuatro en cuatro, conectas el PC ... te metes en mi blog y me dices ¡¡Hola!! y verás que sonrisa tan brillante te envío ;-)
Un besito JOSE y dulces sueños...
Tú mira que hora de visitar casas decente jajaja